ANTONIO DE NEBRIJA. PRESENCIA E INFLUENCIA DE SUS OBRAS EN LA CULTURA Y ENSEÑANZA DE CHILE DURANTE EL PERÍODO COLONIAL (II)

Juan Antonio García-Cuerdas

La obra de Antonio de Nebrija tuvo una gran influencia en el ámbito de la enseñanza y la cultura chilena durante la época colonial. Fue en particular su gramática latina, denominada inicialmente Introductiones latinae y luego Aelii Antonii Nebrisensis de institutione grammaticae libri quinque, el manual por excelencia para el aprendizaje del latín, idioma que fue usado como instrumento vehicular para la transmisión del conocimiento especializado y la comunicación dentro de la minoría instruida. Menor fue la relevancia que alcanzaron otros textos: el Vocabulario, los diccionarios y el Vocabularium, que fueron utilizados como elementos de consulta, y en ocasiones de estudio, por profesionales de diversas ramas del saber y por personas ilustradas.

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Semblanza del fundador. Don José Antonio Manso de Velasco

José Antonio Manso de Velasco y Sánchez de Samaniego nació en Torrecilla en Cameros (La Rioja) el año 1689. Fue gobernador de Chile desde 1737 hasta 1744 para posteriormente asumir como virrey del Perú (1745-1761).

Durante su gobierno desarrolló una administración que ha sido elogiada por los principales historiadores chilenos. Señala Diego Barros Arana: “La suavidad de su carácter, la rectitud y la pureza de su administración y el interés que mostraba por el progreso de la colonia, constituían al presidente Manso en un mandatario modelo, y le habían granjeado el amor universal de sus gobernados” (Historia general de Chile, vol. 6, 2001, p. 118. Véase la cita bibliográfica completa en el artículo en formato pdf que se adjunta). Por su parte, Francisco Antonio Encina es más elocuente en sus elogios: “Con él empieza la serie de mandatarios honestos y probos, que van a escribir las más honrosas páginas de la historia de Chile. Su desinterés, abnegación cívica y severa honradez administrativa, fueron los primeros arroyos de la caudalosa corriente que, más tarde, Portales captó y transfiguró en la religión del gobierno eficiente y honrado. Manso de Velasco es tal vez el mandatario que simboliza mejor el aporte del ascetismo castellano al futuro concepto del gobierno que predominó en Chile durante los últimos dos tercios del siglo XIX” (Historia de Chile, vol. 7, 1983, p. 189. Véase la cita bibliográfica completa en el artículo en formato pdf que se adjunta).

Su biografía la desarrollamos sucintamente en un artículo que fue publicado el año 1980 en el diario La Mañana de Talca y cuya versión reeditada se puede ver a continuación.

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En esta tumba reposan los restos de José Antonio Manso de Velasco, en la iglesia de San Pedro en Priego (Córdoba)

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ANTONIO DE NEBRIJA, HUMANISTA Y GRAMÁTICO PIONERO. SU LEGADO AL MUNDO HISPÁNICO (I)

Fragmento de la miniatura que aparece en una copia de la segunda edición de 1485 de las Introductiones Latinae. Muestra a Nebrija impartiendo una lección en la casa de su protector el Maestre de la Orden de Alcántara don Juan de Zúñiga.

Por Juan Antonio García-Cuerdas

Desde inicios del año 2022 la hispanidad viene conmemorando el Quinto Centenario del fallecimiento de Antonio de Nebrija. El llamado “Año Nebrija 2022”, que en realidad tiene una vigencia de dos años pues finaliza en diciembre de 2023, se ha concretado en un proyecto plural promovido por instituciones públicas y privadas que es coordinado por la Comisión Interadministrativa del V Centenario. Las actividades conmemorativas programadas inicialmente incluyeron actos en 18 localidades españolas, además de las proyectadas en Madrid y otras ciudades de Europa y América. Entre las actividades más importantes, algunas ya concluidas, se incorporaron una exposición en la Biblioteca Nacional de España, la publicación de libros sobre su vida y obra, un largometraje y una serie documental para televisión, un congreso internacional en Lebrija, un congreso internacional de la lengua, proyectos culturales digitales en la web y redes sociales, textos monográficos en revistas culturales, textos académicos, conciertos y la emisión de monedas y sellos conmemorativos, entre otras.

        Nebrija fue un personaje clave en la introducción del humanismo del Renacimiento italiano en España, también destacó como un filólogo excepcional, insigne latinista y pionero en el estudio de una lengua romance, el castellano. Sus trabajos de investigación dieron a la luz obras precursoras: la Gramática de la lengua castellana, el Diccionario latino-español,el Vocabulario español-latino y las Reglas de ortographia en la lengua castellana. Estos tratados le permitieron al castellano pasar de ser una lengua vulgar a una culta. Sus Introductiones latinae (Gramática latina) sirvieron de texto para el aprendizaje del latín durante un extenso período en España y el Nuevo Mundo. Además, esta obra fue utilizada por los misioneros españoles como base para la elaboración de un gran número de gramáticas de las lenguas nativas americanas. La obra lingüística es lo que más se conoce de su quehacer intelectual, pero también escribió sobre una gran variedad de temas generando una amplia producción científica que ayudó a renovar los estudios en su época. La monumental obra que desarrolló en su brillante trayectoria académica lo ha convertido hoy en una figura de alcance universal.

Publicado en La Gaceta Digital, nº 36 (junio, 2023). Asociación de Instituciones Españolas de Chile (AIECh)

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VILLOSLADA DE CAMEROS: PUEBLO DE HIDALGOS, TRASHUMANTES Y EMIGRANTES

Juan Antonio García-Cuerdas. Villoslada de Cameros. Pueblo de hidalgos trashumantes y emigrantes. Logroño: Instituto de Estudios Riojanos, 2006. 693 páginas.

Texto en la contraportada de esta obra:

Villoslada de Cameros es una pequeña localidad riojana recluida durante siglos y a lo largo de sucesivas generaciones en el interior de sus montañas. El autor del presente volumen, Juan Antonio García-Cuerdas y Sánchez de Lollano, un entusiasta descendiente de ella, se dedicó durante más de una década a investigar con pasión y en profundidad la singular historia de esta población y sus habitantes.

A través de sus páginas, que tienen como telón de fondo la intrahistoria de Villoslada y sus gentes, se esbozan sus principales rasgos de identidad vinculados a sus orígenes, geografía física, tradiciones, religiosidad, cultura, vivienda, nobiliaria, economía y a una vigorosa vocación de tesón y constancia que se ha extendido durante más de un milenio. El autor aborda con especial énfasis el estudio de la selecta emigración villosladense que dejó huellas perdurables en aquellos lugares en que se radicó, particularmente Andalucía, Extremadura y, fuera de España, en Chile y Argentina.

García-Cuerdas desvela así la rica y hasta ahora desconocida historia de esta noble villa, de sus habitantes y de sus emigrantes, haciéndose merecedor de nuestro agradecimiento al abrir una nueva perspectiva de estudio y establecer un modelo para futuras investigaciones monográficas referidas a otros municipios cameranos.

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LA INMIGRACIÓN ESPAÑOLA Y RIOJANA EN CHILE, 1818-1970, UNA VISIÓN PANORÁMICA

Juan Antonio García-Cuerdas

Uno de los fenómenos sociales y demográficos menos investigados y analizados en Chile, pese a su importancia fundamental en la historia chilena moderna, es el de la inmigración española que se asentó en el país durante los siglos XIX y XX.

El valioso aporte contemporáneo de los españoles a la sociedad y a la economía chilena no ha sido valorizado en toda su magnitud y ello creemos que se debe a varias razones. Por una parte, siempre se ha visto como algo natural la presencia de españoles mirándolos como parte de una línea de continuidad que vendría desde antes de la Independencia. Por esta razón ha llamado más la atención la presencia de otras colectividades extranjeras, como los alemanes, suizos o croatas, que se han llevado los elogios de los historiadores chilenos por sus contribuciones al país. Asimismo, la gran capacidad de asimilación de los españoles y sus descendientes a los rasgos más característicos de la nacionalidad chilena, tanto en los apellidos como en las costumbres y en el aspecto físico, ha hecho que su aporte contemporáneo haya pasado desapercibido. Por último, cabe señalar que existe un desconocimiento histórico generalizado del proceso de asentamiento de españoles en Chile durante los siglos XIX y XX. Quizás ello se deba a que hasta ahora, en que el flujo migratorio se encuentra extinguido, no se había mirado con una cierta perspectiva y no se habían promovido los estudios en este área.

En las siguientes páginas intentaremos ofrecer una visión panorámica de lo que ha sido este proceso migratorio a partir de la Independencia. Para ello nos referiremos a las principales características que tuvo.

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La emigración balear a Chile (1880-1950)

Entre 1880 y 1930, algunos países de América Latina, el Caribe, Francia y Argelia acogieron a un elevado número de inmigrantes originarios de las islas Baleares que marcharon del archipiélago impulsados por las perspectivas económicas qué ofrecían estos países y que no existían en su tierra de procedencia. Argentina, Francia y Argelia fueron sin duda los tres países que más inmigrantes isleños recibieron en este periodo de la “emigración en masa”. A continuación se situarían Cuba, Uruguay, Puerto Rico, Brasil, Bélgica y Chile.

De todos los países receptores de colectivos isleños, Chile era el más lejano y el de más difícil acceso. Encerrado entre la cordillera andina y el océano Pacífico se asemeja a una larguísima isla confinada y remota. A pesar de estos obstáculos naturales y la enorme distancia existente entre el espacio receptor y el lugar de procedencia, alrededor de unos 1.100 emigrantes de ascendencia balear decidieron partir hacia el país andino, utilizando dos rutas de acceso, la marítima y la terrestre.

Dos estudiosos del tema migratorio, el historiador y profesor de la Universidad de la Islas Baleares Joan Buades Crespí y el escritor chileno-riojano Juan Antonio García-Cuerdas, se unieron, desde sus respectivas localizaciones, Mallorca y Santiago de Chile, para concretar este estudio de la emigración balear que fue iniciado el año 2010 y presentado el 2011 en el Estadio Español de Santiago y en el ayuntamiento de Felanitx (Mallorca).

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EL HOGAR ESPAÑOL DE SANTIAGO DE CHILE. CIEN AÑOS DE HISTORIA (1916-2016)

Juan Antonio García-Cuerdas. El Hogar Español de Santiago de Chile. Cien años de historia (1916-2016). Santiago de Chile: Gráfica Jory Ltda., 2017. 280 páginas.

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SANTOS TORNERO MONTERO, LIBRERO, EDITOR, POLÍGRAFO E IMPULSOR DE EL MERCURIO DE VALPARAÍSO

Por Juan Antonio García-Cuerdas

Santos Tornero Montero nació el 1 de noviembre de 1808 en Viniegra de Abajo, La Rioja. Al igual que una buena parte de los habitantes de las Siete Villas del Alto Najerilla, las que para comienzos del siglo XIX padecían la decadencia de la ganadería lanar merina, siendo un joven adolescente decidió emigrar, en su caso a la ciudad de Sevilla la que ya era punto de destino de gran cantidad de serranos. Unos años más tarde, en 1834, cruzaría el oceáno para llegar a Valparaíso donde se radicaría hasta el final de sus días.

Su aporte a la cultura y el conocimiento como introductor del negocio de librería en Chile, su contribución a la educación editando innumerables obras literarias y de enseñanza y su impulso al desarrollo del diario “El Mercurio” de Valparaíso le tienen ganado un lugar de preeminencia en el desarrollo de la cultura chilena durante el siglo XIX y una posición destacada entre los oriundos de las sierras riojanas que brillaron con luces propias allí donde se radicaron.

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Localización: “Santos Tornero Montero, librero, editor, polígrafo e impulsor de El Mercurio de Valparaíso”. Belezos, Revista de cultura popular y tradiciones de La Rioja, nº 13 (2010): 70-75.

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LA CASA HOJAS: UNA CADENA DE COMERCIO MINORISTA PIONERA A INICIOS DEL SIGLO XX

Establecida en 1918, se expandió rápidamente por la región del Maule, convirtiéndose en una verdadera “escuela de negocios” para un grupo de jóvenes burgaleses que se desplazaron a Chile llamados por los fundadores de ella

Estos inmigrantes, y su descendencia, han tenido una destacada participación en las instituciones filantrópicas de la colectividad española de Chile

Por Juan Antonio García-Cuerdas

Los inicios de la Casa Hojas

El nacimiento y desarrollo de esta empresa está ligado a la presencia en Chile de dos españoles llegados al país durante la primera década del siglo XX. Hablamos de Matías Hojas Alonso (1888-1974) –radicado el año 1908 en la localidad de Rengo, donde comenzó trabajando en la firma Emparanza Hnos. y Cía.– y de su socio, Arsenio de Diego Gallo, quien por los mismos años se desempeñaba como contador en una salitrera del norte del país. Ambos provenían de la provincia de Burgos; Matías Hojas era oriundo de Pesadas y Arsenio de Diego de Escalada, pequeñas localidades rurales situadas a casi 13 km una de otra y que por entonces pertenecían al Partido Judicial de Sedano, colindante con la provincia de Santander. ­­

A pesar de la cercanía y de los vínculos existentes entre sus pueblos de origen, solo llegaron a conocerse fortuitamente en Santiago de Chile cuando coincidieron en una ocasión en el Hotel España, donde alojaban en sus visitas a la capital. Fue así como se inició una estrecha relación de amistad y confianza alimentada por el común “paisanaje” y favorecida por sus personalidades afines, destacando la de Matías Hojas por su carácter especialmente afable y simpático, aunque no exento de rigurosidad en su quehacer diario. Poco tiempo transcurrió para que este propusiese a Arsenio de Diego –que había logrado acumular un sustancioso patrimonio líquido– su incorporación como socio en el establecimiento comercial que bajo la denominación de Casa Hojas estaba creando en la ciudad de Talca. En las miras de ambos estaba expandir las ventas del local talquino, para luego establecer sucursales en ciudades cercanas. Con estos fines formaron la sociedad Hojas y Cía. el año 1918.

Matías Hojas Alonso y Petra Alonso Velasco (c. 1940).
Fuente: Archivo de Álvaro Ipinza Hojas

La Casa Hojas ocupaba un amplio local en la parte exterior del Mercado Central de Talca, situado en la calle 1 Sur entre 4 y 5 Oriente, la principal vía comercial de la ciudad. La tienda tenía un amplio surtido de: “Novedades para señoras. Camisería y artículos generales para caballeros y confecciones y artículos para niños, todo lo cual es adquirido directamente en los principales mercados del mundo por los socios de la firma” (1). El éxito, de la mano de estos dos enérgicos socios, no se hizo esperar, de manera que entusiasmados por el auge comercial que estaban logrando en Talca, decidieron impulsar la apertura de sucursales en algunas ciudades cercanas. Sin embargo, para expandirse les pareció necesario rodearse de personas de su absoluta confianza, ojalá familiares jóvenes y “ganosos”, que una vez formados en la matriz talquina se hiciesen cargo de las filiales. 

La Casa Hojas de Talca. Fuente: Álbum España y América, Tomo-Chile, 1926

Se inicia la expansión y llegan los primeros familiares

En 1922 Matías Hojas se encontraba en España, teniendo en mente varios propósitos. El más importante era contraer matrimonio con una joven burgalesa, Petra Alonso Velasco (Quintanilla Vivar, 1899-Talca, 1972), nupcias que tuvieron lugar en la ciudad de Burgos el 5 de julio de 1922. Además, debía comprar mercancías variadas a los proveedores europeos para abastecer las tiendas y, por último, tenía la misión de atraer a jóvenes familiares dispuestos a establecerse en Chile y trabajar en la Casa Hojas. Fueron tres los que se entusiasmaron con esta invitación: su hermano menor Eutiquiano Hojas Alonso (1893); su sobrino Samuel Hojas y Hojas (1905), ambos originarios de Pesadas; y Ciriaco Diez de Diego (1907), sobrino de Arsenio de Diego, al igual que este oriundo de Escalada (2). Eutiquiano Hojas retornaría en 1924 a España para casarse con Clotilde Alonso Velasco (1907), –hermana de Petra, la señora de Matías Hojas– siendo el matrimonio oficiado en Lourdes por su hermano el sacerdote Bernardo Alonso Velasco.

Estos fueron los tres primeros familiares de los socios de la Casa Hojas que llegaron a Chile. A la izquierda, Eutiquiano Hojas Alonso; al centro, Samuel Hojas y Hojas; y a la derecha, Ciriaco Diez de Diego

Los siguientes años la firma continuó en su ruta ascendente. En 1926 su capital había aumentado desde los $ 50.000 iniciales hasta un millón y contaba con dos sucursales abiertas en 1922 en Chillán y Curicó (3). Poco después se inauguró la de Linares.

Casa Hojas de Chillán. Fuente: Álbum España y América, Tomo-Chile, 1926

Antes de terminar la década, en 1929, Arsenio de Diego emprendió un viaje a la península con dos objetivos principales. Asistir a la Exposición Internacional de Barcelona, un acontecimiento mundial de primer orden donde tomaría contacto con proveedores de productos procedentes de diversos países. Así como también acercarse a Pesadas y Escalada en Burgos, para contactar a familiares de los socios que estuviesen dispuestos a trasladarse a Chile para trabajar en la Casa Hojas. Los socios de esta tenían delineado un plan de expansión en la zona del Maule que consideraba abrir sucursales en Molina, Constitución, Cauquenes y Parral; y además en Los Ángeles, para lo cual necesitaban contar con más personas de confianza.

A inicios del año 1930, en el viaje de regreso al país en el vapor italiano Duilio, que zarpó de Barcelona el 21 de febrero, Arsenio de Diego venía acompañado de un grupo de diez jóvenes burgaleses entre los que se encontraban cinco sobrinos oriundos de Escalada: los hermanos Victoriana (1909), Paula (1911), y Leonardo Diez de Diego (1913); y los hermanos Basilisa (1908) y Ovidio de Diego Pérez (1913) –este había vivido desde su infancia en la localidad burgalesa de Tardajos–. También venían otros vecinos de Escalada: José López Merino (1914), (que decidió quedarse en Buenos Aires, al llegar el barco a ese puerto; no obstante, unos años después se radicaría en Linares, donde falleció); Teófilo Fernández Gallo y Miguel Huidobro. A ellos se sumaban dos sobrinos de Matías Hojas: José Martínez Hojas (1910) y Hermenegildo Real Hojas (1911) (4).

Billete de pasaje de Leonardo Diez de Diego, para embarcar en Barcelona el 21 de febrero de 1930. Fuente: Archivo de Leonardo Diez Santolaya
Trasatlántico Duilio de la compañía Navigazione Generale Italiana.
Fuente: www.filateliachiavello.com

Los planes de apertura de las filiales comenzaron a ejecutarse impulsados vigorosamente por los socios, que contaban con estos parientes recién llegados para el desarrollo de la firma. Las sucursales quedaron bajo la administración de los siguientes familiares: Talca, la casa matriz, dirigida por Matías Hojas y Arsenio de Diego; Curicó, por Eutiquiano Hojas Alonso; Molina, se desconoce; Linares y Parral, por Ciriaco y Leonardo Diez de Diego; Cauquenes y Constitución, por José Martínez Hojas; Chillán por Samuel Hojas y Hojas; y Los Ángeles que, según afirma el genealogista Gonzalo A. Luengo Orellana, habría estado a cargo del burgalés Paulino Hojas Lechosa y posteriormente pasó a poder de una familia González (5).

Placa metálica en el acceso a la Casa Hojas de Linares. Fuente: https://www.corporacionlinares.cl/utilidad/Historia-de-Linares.pdf

Las consecuencias de un fatídico suceso remecen a la Casa Hojas

Cuando Arsenio de Diego retornó de España el año 1930 aún se encontraba soltero, ya cumplidos los cuarenta años de edad. Durante este viaje se fijó en su sobrina Basilisa, con la que inicio un flirteo que se transformó en noviazgo y finalmente en matrimonio, el que se celebró en la ciudad de Talca. Pero la dicha de la pareja duró poco tiempo. A fines de 1932 Arsenio falleció inesperadamente a consecuencia de una obstrucción intestinal y Basilisa, viuda y sin hijos, se convirtió en la heredera principal de su fallecido marido. Sin nada que la atara a Chile, decidió volver a su tierra natal y Matías Hojas se vio en la necesidad de comprarle la participación social que le correspondía. Sin embargo, la liquidez de la firma no era suficiente –como consecuencia de la crisis económica conocida como la Gran Depresión, que desde 1931 afectaba al país–, de manera que esta se vio en la necesidad de comenzar a vender algunas sucursales. Durante los siguientes años de forma paulatina todas ellas irían quedando en poder de los familiares y cercanos que las administraban, pues Matías Hojas, generosamente, les dio prioridad y facilidades crediticias para adquirirlas. Entrada la década de 1940 la Casa Hojas de Talca, ya sin sucursales, había pasado a denominarse Grandes Almacenes Hojas. Años después establecería una sucursal bajo el nombre de Gales Creaciones, a escasa distancia de la matriz. La Casa Hojas permaneció en el mismo local inicial en que fue fundada hasta su cierre definitivo el año 1993. Gales Creaciones mantiene su actividad comercial hasta hoy, gestionada por nietos de Matías Hojas.

Grandes Almacenes Hojas, en la década de 1980. Fuente: Archivo de Álvaro Ipinza Hojas

Poco más de una década de vida alcanzó la cadena comercial creada gracias al impulso y visión de sus socios. Con la perspectiva que ofrece el paso del tiempo no cabe sino admirarse de los logros de estos en una época en que Chile presentaba enormes carencias y obstáculos para el desarrollo de este tipo de emprendimientos. Es difícil imaginar hoy los grandes esfuerzos que debieron desplegar para surtir sus tiendas con las más diversas mercancías provenientes de sus lejanos proveedores nacionales y extranjeros, dependiendo la gestión y logística de medios de comunicación y transporte lentos e inestables y de redes viarias escasas y precarias. A pesar de todas estas dificultades, fueron capaces de desarrollar la que debe haber sido la primera cadena comercial minorista interprovincial de la zona del Maule y una de las primeras del país. El impredecible deceso de Arsenio de Diego puso punto final a esta iniciativa empresarial, que estaba llamada a tener un mayor alcance del que logró. No obstante, para entonces ya estaban sólidamente arraigados en Chile aquellos dos primeros grupos de inmigrantes que los socios habían llamado al país los años 1922 y 1930.

Publicidad de la Casa Hojas de Chillán.
Fuente: La Discusión, Chillán, 1 de abril de 1951.

Continúa la llegada de parientes burgaleses a Chile

Si bien la cadena comercial Casa Hojas se desintegró, los comercios con esa denominación existentes en cada una de las ciudades quedaron en manos de familiares y cercanos. Algunos de estos en los siguientes años facilitarían la llegada al país de otros parientes, sumando en definitiva todos ellos más de una treintena de personas procedentes de Burgos.

Así, durante las décadas de 1930 y 1940 se radicaron en Chile los hermanos Félix, Francisco, Miguel y María Concepción Martínez Hojas, nacidos entre 1909 y 1917 en Quintanilla Escalada. En la década de 1950 se avecindaron algunos más: Gerardo Martínez García (1933) –hijo de Gerardo Martínez Hojas– también proveniente de Quintanilla Escalada, al igual que su señora, Rosa Varona Huidobro (1934), establecidos en Chillán (Gerardo Martínez García llegó, a fines del año 1950, junto a su abuelo Florentino Martínez López, originario de Aranda de Duero, Burgos); Enrique Fernández del Río (1937) –sobrino nieto de Matías Hojas– oriundo de Pesadas y asentado en Curicó; y Samuel Bastida Diez (1942), quien llegó a Linares llamado por su tío Leonardo Diez de Diego. Unos y otros se irían instalando en las distintas ciudades en las que la Casa Hojas y sus familiares se hallaban establecidos.

Distinto fue el caso de Eutiquio Gordo Marquina (1923) y María Paz Hidalgo González (1922), nacidos en Villaescusa del Butrón (localidad situada a 3 km de Pesadas), donde contrajeron matrimonio el 20 de septiembre de 1947. A inicios de 1953 –junto a una hija de corta edad, Araceli (1948)– arribaron a Chile llamados por su cuñado Hermenegildo Real Hojas. Este, luego de trabajar desde 1930 con sus tíos Matías y Eutiquiano en Talca y Curicó, se independizó y radicó en Santiago, donde desarrolló varios emprendimientos y finalmente estableció la Casa Celi en 1947, establecimiento comercial que tuvo una larga vida de más de medio siglo. Hermenegildo Real retornó temporalmente a España el año 1946 para contraer matrimonio con Araceli Gordo Marquina (1928) el 15 de enero de 1947 en la ciudad de Burgos (6).

Otro grupo de burgaleses, sin vínculos de parentesco conocidos con Matías Hojas o Arsenio de Diego, estuvo ligado a la sucursal de Constitución. Este lo encabezó Germán Hernando Martínez, comerciante establecido en Cauquenes, quien llamó en 1930 a su pariente Eduardo Martín Abejón (1913), el que comenzó trabajando junto a Hernando, para luego trasladarse a la Casa Hojas de Constitución, quedando como propietario de esta a finales de la década de 1930. En los siguientes años Eduardo Martín promovió la llegada a Chile de tres coterráneos para incorporarlos en sus negocios: en 1947 arribó su primo Francisco Marina Abejón (1922) y en 1950 lo hicieron su hermano Pascual Martín Abejón (1931) y Alfonso Bravo Peña (1930), quienes embarcaron en la misma nave a fines de ese año. Todos ellos eran oriundos de la localidad de Caleruega, situada al sureste de la provincia de Burgos.

Por último, mención aparte haremos de Félix Hojas Diez (1887), quien al igual que su pariente Matías Hojas se estableció a su llegada a Chile en Rengo, donde se encontraba en 1909 trabajando en el comercio de Emparanza Hnos. y Cía. Félix Hojas, que fue soltero y sin hijos, trabajó por algún tiempo en la Casa Hojas de Chillán, posteriormente se asoció en otros negocios ligados al comercio hasta finalmente establecerse con la Casa del Niño en la misma ciudad, donde falleció en 1943. En su testamento instituyó como heredero universal a su sobrino Miguel Martínez Hojas (7).

El notable aporte de miembros de estas familias al desarrollo de las instituciones filantrópicas españolas de Chile

De este grupo de familias burgalesas radicadas en la zona central de Chile, surgió un número relevante de dirigentes de las instituciones de la colectividad española. Podemos mencionar, entre otros, a los siguientes:

Matías Hojas Alonso se involucró de forma destacada en las instituciones de Talca. Fue director durante varios períodos de la Sociedad Española de Beneficencia, así como tesorero del Centro Español de la ciudad. Sus hijas, principalmente Mercedes que fue presidenta de la institución de beneficencia denominada Ropero Español, además de Inés, Felisa, Pilar y María, participaron de manera relevante en el desarrollo de esta institución fundada en 1948. Asimismo, Mercedes participó en la formación de la Corporación Escuela Especial España.

En Talca se asentó Paula Diez de Diego, casada con Argimiro Rodríguez González (nacido en Villalón de Campos, Valladolid). Paula fue presidenta del Ropero Español de Talca. Sus hijos, Argimiro y Luis Rodríguez Diez, fueron durante varios períodos directores del Centro Español de la ciudad y este último, además de ocupar la presidencia de la AIECh (Asociación de Instituciones Españolas de Chile) durante los años 2016 a 2020, se desempeña como presidente de la Sociedad Española de Beneficencia de Talca, cargo que ha ocupado a lo largo de un dilatado espacio de tiempo.

Edificio del Centro Español de Talca (c. 2013). El terremoto de 2010 deterioró severamente la edificación. Fuente: https://mapio.net/pic/p-62586409/

Samuel Hojas y Hojas fue presidente durante varios períodos del Centro Español de Chillán, el más relevante transcurrió entre 1940 a 1945 (es preciso detenernos aquí en las dramáticas circunstancias que este debió enfrentar el 24 de enero de 1939. Ese día a las 23:32 hrs., Chillán se vio afectado por un violento terremoto de magnitud 8,3 Ms que desplomó el Centro Español, provocando la muerte de trece integrantes de la colonia española, entre ellos el presidente del Centro. Samuel Hojas estaba allí y logro salvar con vida milagrosamente, al igual que otros ocho compatriotas que debieron trabajar intensamente en las horas y días siguientes para rescatar los cuerpos de las víctimas [8]). En 1942, bajo su presidencia y con la presencia del presidente Juan Antonio Ríos, se colocó la primera piedra del edificio actual del Centro Español de la ciudad; Félix Martínez Hojas, desempeñó la presidencia del Centro Español de Chillán en la década de 1950; Julio Hojas Escobar, hijo de Samuel, fue presidente de la Sociedad Española de Beneficencia de Chillán; y Gerardo Martínez García, ocupó los cargos de director, secretario y tesorero del Centro Español de Chillán, además de ser, en opinión general, un verdadero cronista de la colectividad española de la ciudad.

A la izquierda el Centro Español de Chillán en 1930; a la derecha aquel edificado en 1942, siendo presidente Samuel Hojas y Hojas, que reemplazó al anterior derruido por el terremoto de 1939. Fuentes: https://chillanantiguo.blogspot.com/2014/11/ y foto en Seminario de Fabián A. Cerro Lagos
Félix Martínez Hojas, presidente del Centro Español, entrega a la ciudad la escultura del fundador Martín Ruiz de Gamboa el año 1958. Fuente: “Españoles en Chillán”, Quinchamalí, Artes-Letras-Sociedad, nº 13-14, 2015

En Curicó Eutiquiano Hojas y su mujer Clotilde Alonso Velasco fueron activos colaboradores de las instituciones españolas locales. Especialmente esta última, que fue vicepresidenta fundadora en 1940 de las Damas Españolas de Nuestra Señora del Pilar y en 1941 asumió la presidencia hasta 1943. Se mantuvo estrechamente ligada al directorio y a las actividades de esta institución hasta avanzada edad. La vocación solidaria y cercanía de la familia con las Damas se ha mantenido a través del tiempo y hoy una nieta, Eliana Hojas del Valle (que se incorporó el año 2000) desempeña el cargo de secretaria del directorio.

Directorio de las Damas Españolas de Curicó en 1980. Clotilde Alonso Velasco es la tercera de izquierda a derecha. Fuente: Archivo de Eliana Hojas del Valle

En Linares los hermanos Ciriaco y Leonardo Diez de Diego formaron parte de la directiva del Centro Español. Leonardo ocupó el cargo de tesorero durante un largo período y fue delegado de esa institución ante la AIECh. Asimismo, Samuel Bastida Diez, además de dirigente de las instituciones españolas de Linares, fue también delegado ante la AIECh. Fernando Diez Aljaro, hijo de Ciriaco Diez, participó en las instituciones españolas locales, dejando también huella por su labor como historiador, dirigente gremial y activo partícipe en las actividades comunitarias de la ciudad. Por su parte, es de destacar la labor de Leonardo Diez Santolaya, hijo de Leonardo Diez de Diego, quien fue presidente del Estadio Español de Santiago desde 1997 hasta 2005, presidente de la AIECh (Asociación de Instituciones Españolas de Chile) desde el año 2006 hasta el 2009 y presidente de la Colectividad Castellano-Leonesa de Chile desde 2012 hasta 2016.

A la izquierda Leonardo Diez Santolaya, quien fue presidente del Estadio Español de Santiago (1997-2005) y de la AIECh (2006-2009). A la derecha Luis Rodríguez Diez, presidente de la AIECh (2016-2020)

Por último, cabe mencionar a Hermenegildo Real Hojas quien estuvo vinculado a la Bolera Burgalesa y a la Colectividad Burgalesa de Chile desde su fundación en Santiago el año 1950, culminando su participación activa en ella luego de ejercer la presidencia entre los años 1985 y 1990, siendo enseguida designado presidente honorario de dicha Colectividad. Le sucedió en la presidencia Eduardo Martín Letelier, hijo de Eduardo Martín Abejón. Finalmente, en 1994 la Colectividad Burgalesa se integró en la Colectividad Castellano-Leonesa.

Hermenegildo Real Hojas. Fue presidente de la Colectividad Burgalesa (1985-1990)

A modo de corolario final

No cabe duda de que la labor que desarrolló este grupo de inmigrantes en beneficio de las comunidades locales que los acogieron fue relevante. Con una inagotable laboriosidad y deseos de superación, propios de su esencia castellana, contribuyeron a dinamizar y desarrollar el comercio y la industria, convirtiéndose en protagonistas destacados de la vida económica y social provincial. De igual forma, sus descendientes han seguido hasta hoy efectuando un valioso aporte, colocando sus capacidades en los ámbitos profesional, empresarial, comunitario, etc., al servicio del país.

Por otra parte, la participación de un gran número de ellos en los directorios de las instituciones de la colectividad española –una ferviente muestra de amor a su patria– contribuyó a mantener vigentes las raíces y tradiciones hispanas, proyectándolas tanto en sus descendientes como dentro de los ámbitos de la sociedad chilena en que se insertaron.

NOTAS

(1) Los años indicados entre paréntesis después de los apellidos corresponden al de nacimiento.

FUENTES ORALES

José Luis Bendicho Hojas, María Inés Bendicho Hojas, Francisco de Diego Viñas, Leonardo Diez Santolaya, Segundo Hojas del Valle, Julio Hojas Escobar, Álvaro Ipinza Hojas y Lucía Martín Letelier.

FUENTES BIBLIOGRÁFICAS

(1) Joaquín y Roque Blaya, (editores), Álbum España y América, Tomo-Chile (Santiago: Imprenta y Lit. La Ilustración, 1926), 83 (en apartado de Castilla la Vieja); España y Chile en el IV Centenario del Descubrimiento del Estrecho de Magallanes (Santiago: Empresa Editorial Ibérica, 1920), 70.

(2) Gonzalo A. Luengo Orellana, La familia Hojas de Burgos: genealogía, papeles y emigración española a Chile (Chillán: Impreso en la casa del autor, 2014), 13. www.bibliotecanacionaldigital.gob.cl/bnd/646/w3-article-350757.html

(3) Joaquín y Roque Blaya, op. cit., 70

(4) Leonardo Diez Santolaya, “Viaje de Leonardo Diez de Diego desde Escalada, España, a Linares, Chile” (manuscrito inédito, marzo 2010), 1-2. Archivo de Microsoft Word.

(5) Gonzalo A. Luengo Orellana, op. cit., 43, 85.

(6) Hermenegildo Real Hojas, “Mini Memoria” (manuscrito inédito, 10 de noviembre de 1997), 2-4. Apuntes mecanografiados.

(7) Gonzalo A. Luengo Orellana, op. cit., 43, 138-140.

(8) Ibíd., 20.

(9) Javier Fernández Pesquero, Monografía estadística de la colonia española de Chile en el año 1909 (Cádiz: Talleres Tipográficos de Manuel Álvarez, 1914).

(10) Fabián A. Cerro Lagos, “Chillán después del terremoto de 1939: Reconstrucción de una ciudad, 1939-1950” (Seminario para optar al título de profesor, Universidad del Bio-Bío, 2010), 114, http://repobib.ubiobio.cl/jspui/bitstream/123456789/1252.

(11) Jaime González Colville, Historia de Linares (Linares: Corporación Municipal de Linares, 2018), 388, https://www.corporacionlinares.cl/utilidad/Historia-de-Linares.pdf.

(12) Félix Martínez, “Españoles en Chillán”, Quinchamalí, Artes-Letras-Sociedad, nº 13-14 (1º y 2º semestre 2015): 86-89.

Publicado en: La Gaceta Digital nº 26 (Septiembre, 2022): págs. 3-5, editada por AIECh (Asociación de Instituciones Españolas de Chile).

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LOS ALMACENES GIMÉNEZ; UNA JOYA DE LA ARQUITECTURA SEVILLANA EN ANTOFAGASTA

Inaugurado en 1924, fue el mayor y más moderno edificio comercial de la zona norte de Chile. Su impulsor, el español Ismael Giménez y Giménez, transformó sus sueños en una realidad perdurable, alzando en Antofagasta una réplica de una joya de la arquitectura regionalista sevillana

Por Juan Antonio García-Cuerdas

Ismael Giménez y Giménez, creador de los Almacenes Giménez. (en Forjadores de Antofagasta: 148 años de historia, pág. 146).

Se cerraba el siglo XIX y los tiempos no eran fáciles ni prometían mejoras para las reducidas labores de labranza y ganadería de los habitantes de la Sierra de Cameros, entonces parte de la provincia de Logroño, hoy denominada provincia de La Rioja. El esplendor y prosperidad de la secular trashumancia de la oveja merina ya era un recuerdo y la jornada diaria estaba enfocada en el cultivo de una tierra yerma y poco generosa que padecía los rigores de un clima montañoso de extremada dureza.

Una intensa sangría de jóvenes que emigraban con poco más de quince años venía afectando a esta comarca desde inicios de ese siglo. Los destinos preferidos estaban en el sur de España; Andalucía y Extremadura. Gran parte de estos jóvenes zagales se radicaban allí seducidos por el clima cálido y placentero que tornaba el carácter animado y expansivo, logrando prosperar en el comercio y la industria al amparo de parientes radicados con anterioridad. Hacia fines de la centuria la emigración había comenzado a dirigirse también hacia Argentina y Chile.

Nieva de Cameros no escapaba a esta realidad y veía disminuir su población juvenil año tras año. El matrimonio formado por Ciriaco Giménez Losilla y María Casimira Giménez Blanco, sabía que no podía sustraer a sus hijos de este destino. Tres de ellos (Ismael, Dominica y Benjamín) emigrarían a Chile. Ismael, nacido el 14 de marzo de 1882, hizo sus estudios básicos en Nieva y antes de la llegada del nuevo siglo ya se encontraba trabajando como dependiente en uno de los comercios del centro de Sevilla, propiedad de cameranos. Durante su estadía en esta histórica ciudad, nacería su amor incondicional por ella que lo acompañaría el resto de su vida.

Ismael Giménez emprende el rumbo hacia el norte de Chile

Sin embargo, no pasó mucho tiempo para que dejase atrás la capital hispalense y emprendiese, con renovadas esperanzas, el rumbo hacia Chile, donde llegó en 1910. El puerto de Taltal, situado en el árido Norte Grande de Chile, lo aguardaba con una oferta de trabajo en la tienda de un coterráneo. En ese tiempo, tres familias españolas procedentes de Nieva de Cameros tenían en esa localidad importantes establecimientos comerciales. Taltal, impulsado por el auge de la explotación del salitre que desarrollaban dieciocho oficinas cercanas, era un hervidero económico en el que los comercios producían cuantiosos beneficios a sus dueños

Puerto de Taltal, 1905. Postal, editor Carlos Brandt. (en https://atacama.hypotheses.org/1069).

Sin embargo, el puerto y ciudad de Taltal con sus calles polvorientas y toscas casas de madera, que en 1912 cobijaba a unas quince mil personas, le debe haber parecido un escenario menor a don Ismael para ver cumplidos sus sueños. En cinco años juntó un pequeño capital y decidió establecerse por cuenta propia en la cercana ciudad de Antofagasta, capital de la provincia, que contaba entonces con una población cercana a los 35.000 habitantes. En 1915, asociado con el gallego Enrique Longueira Castro, estableció su primer comercio de venta de ropa y productos importados bajo el nombre de La Camelia (1). Un año más tarde retornó a Taltal por breves días con la intención de casarse. Allí había conocido a la también riojana María del Valle Hoyuelos, con quien regresó a Antofagasta (2).

La fortuna comenzó a sonreírle desde un inicio. La Camelia vendía incesantemente sus productos a los enriquecidos antofagastinos y a los obreros que bajaban de las 45 oficinas salitreras situadas a su alrededor. La fiebre del “oro blanco”, como era conocido el salitre, lograba que el dinero circulara vertiginosamente y así los beneficios pecuniarios de ambos socios se fueron multiplicando prodigiosamente durante la década de 1910. Antes de 1920 Longueira se retiró de la sociedad para regresar a España y quedó don Ismael como socio mayoritario.

Su gran sueño dorado comienza a materializarse

En 1918 compró un sitio cercano a La Camelia, estratégicamente situado en la esquina de la calle Matta con Baquedano. Pocos meses después de esta adquisición volvió a España junto a su mujer, para visitar a sus respectivas familias, y de paso regresó a Sevilla. Un día, caminando por el casco antiguo de esta ciudad, se detuvo con asombro frente al edificio que acogía a una gran casa comercial llamada Ciudad de Londres, en la calle Cuna. Era un formidable edificio de cuatro plantas, tres de ellas comerciales, de estilo neomudéjar con claras reminiscencias moriscas y proyectado en 1912 por el conocido arquitecto sevillano José Espiau y Muñoz, quien también diseñaría durante la década siguiente el Hotel Alfonso XIII de esa ciudad (que hoy sigue siendo uno de los más lujosos de España). Absolutamente fascinado por el inmueble, buscó a Espiau y compró los planos para alzarlo en el terreno que acababa de adquirir en Antofagasta. Esta construcción cobijaría a la gran tienda que tenía en mente levantar (3).

Edificio Ciudad de Londres en Sevilla, inaugurado en 1914. Vista reciente. (en BulevarSur; ABCdesevilla).

De regreso en Chile contrató al joven arquitecto y constructor catalán Jaime Pedreny Gassó, residente en Antofagasta –donde había ganado merecida fama por sus variadas obras– y en conjunto dieron inicio a la gran tarea. Pero Pedreny no se limitó solo a copiar; desarrolló una personal reproducción de mayor envergadura (4) (con mayor número de metros cuadrados por planta) y efectuó variaciones (modificó los balcones de la esquina ampliando el número de arcos de herradura, trasladó una tercera “torre” lateral desde la derecha hacia la izquierda, etc.) trocándolo en un edificio, a nuestro juicio, más imponente que el original. Los trabajos se iniciaron en 1921, en medio de una crisis de las exportaciones salitreras que había comenzado en 1919 y que duraría hasta 1922 (5).

           Durante tres años los vecinos veían con estupor como iba tomando cuerpo esta bella edificación de caprichosas y desconocidas formas geométricas, con 28 metros de altura, cinco pisos y una gran terraza. La mayoría de los materiales debieron ser importados. El cemento era de procedencia sueca, la cerámica que tapiza partes de la fachada fue traída de Sevilla y los forjados ornamentales y vidrieras de diferentes partes de Europa (6). Muchos pensaban que con la economía por los suelos era un verdadero derroche y una locura seguir adelante con esta colosal obra que no tenía parangón en esta pequeña ciudad periférica ni en ninguna otra al norte de Santiago. Sin embargo, don Ismael no se amilanaba y seguía adelante con su edificio, soñando con ver ese jirón de España erguido lo más pronto posible. Pero no sólo el exterior evocaba a Sevilla. El quinto piso, destinado a habitación de la familia, fue decorado por el pintor chileno Sixto Rojas (el mismo que intervino artísticamente los muros del Centro Español de Iquique) con murales representativos de imágenes emblemáticas de Sevilla (el Parque de María Luisa, La Giralda, la Catedral) y de rincones populares de esa ciudad.

El fervor hispanófilo de don Ismael quedaba en evidencia no solo en esta edificación, también en otras circunstancias, como en la festiva “cuña” propagandística –las que publicaba con frecuencia en la prensa y destacaban por su originalidad–, que mandó colocar en un diario de la ciudad el 12 de octubre de 1924:

Aunque no quiera el Sr. Caruso
ni todos los demás Sres. italianos antofagastinos,
Colón fue español,
como española y sevillana es la tiendecita
que en el crucero de Matta con Baquedano está levantando Giménez.

Se inaugura una joya arquitectónica que acoge a la primera tienda por departamentos del norte de Chile     

Edificio de los Almacenes Giménez, inaugurado en 1924 en Antofagasta. (en Flickr: Santiago Nostálgico de Pedro Encina).

A fines de 1924 la muerte de su pequeña hija María, con dieciocho meses de edad, retrasó la inauguración de la obra. Superando el dolor de la triste pérdida, la ceremonia se efectuó de manera discreta el 17 de diciembre de ese año. La ciudad finalmente observó asombrada el tamaño de esta edificación y su belleza blanquecina salpicada por azulejos multicolores. Los antofagastinos se encontraron con una genuina y pionera tienda por departamentos que daba cabida a todo tipo de secciones (ropa, zapatería, sastrería, juguetes, etc.) y que contaba con un ascensor Schindler para comunicar las diferentes plantas. Fue el primero de la ciudad y del norte de Chile. El costo de la obra fue de aproximadamente 1.500.000 pesos chilenos (7), equivalentes a 40.661 libras de la época (8). Cifra que actualizada al año 2021 corresponde a unas 2.470.000 libras esterlinas (9).

Patio central del edificio con luz cenital que daba vista a las diferentes secciones. (en Álbum España y América, Tomo-Chile, año 1926).
Sección camisas y ropa de hombre
(en Álbum España y América, Tomo-Chile, año 1926).
Sección sastrería. (en Álbum España y América, Tomo-Chile, año 1926).
Uno de los varios murales situados en el quinto piso, utilizado como vivienda por la familia. (en Flickr: autor, Fernando José Ignacio Gárate Parra).

Los años siguientes fueron de gran prosperidad económica y los Almacenes Giménez marcaron la pauta comercial de la ciudad, con sus productos importados y de confección nacional, obteniendo una merecida fama. Sin embargo, una profunda crisis mundial se hallaba a la vuelta de la esquina.

La crisis económica obliga a bajar temporalmente las cortinas de los Almacenes Giménez

Hacia fines de la década de 1920 la economía chilena fue duramente golpeada por la crisis de la industria salitrera, que ya venía en los años previos mostrando señales intermitentes de decadencia. La crisis esta vez sería definitiva. El oro blanco ya no podía competir con el nuevo salitre sintético. Por su parte, la Gran Depresión se hizo presente a inicios de la década de 1930 y la economía mundial y local se vieron afectadas por una profunda recesión. En Antofagasta escaseaba el dinero circulante, los clientes ya no compraban y los mostradores estaban vacíos. La población comenzó a emigrar hacia Santiago.

Esta violenta baja de las ventas acercó a los Almacenes Giménez a una virtual quiebra. Don Ismael se resignó a las adversas circunstancias y previsoramente decidió cerrar la tienda, esperando tiempos mejores. Empero, su fe inquebrantable lo mantuvo con el espíritu en alto. Se empleó como sastre en una casa importadora alemana y siguió luchando confiado en un futuro mejor. De lunes a sábado estaba detrás de un mostrador y en las noches trabajaba cortando y cosiendo ropa junto a su mujer, la que vendía los fines de semana visitando ciudades y pueblos cercanos. Volvió a juntar los recursos necesarios y logró reabrir los Almacenes un año más tarde. Esta vez lo acompañaba en el intento el mayor de sus hijos, también llamado Ismael (1917), quien continuaría en adelante asociado junto a su padre. La recuperación duraría largos años y los Almacenes Giménez lograrían continuar vigentes varias décadas más, incluso abriendo sucursales, para finalmente rendirse ante la modernidad y bajar las cortinas en agosto de 1985.

No fue su dedicación al comercio lo único que motivó a don Ismael, también destinó su tiempo al desarrollo de actividades filantrópicas en beneficio de la comunidad. En 1924 fue elegido presidente del Centro Español, institución en la que posteriormente fue ocupando otros cargos directivos. Asimismo, fue director de la Sociedad Española de Beneficencia, socio y benefactor de la Bomba España y participó en la fundación de la Cámara de Comercio local (10).

Los años finales y su legado espiritual

Don Ismael efectuó un segundo viaje a España en 1965, con 81 años de edad, junto a su mujer. Sería el postrero, pues tres años después, el 17 diciembre de 1968, su corazón dejó de latir en el mismo edificio que sus sueños quijotescos habían contribuido a levantar. Meses después lo siguió María su mujer.

A pesar de los largos años transcurridos desde su deceso, el espíritu jovial y romántico de don Ismael sigue presente en el recuerdo de su prolífera descendencia y también encarnado en este edificio patrimonial, con un asomo quizás ya de eternidad, reflejada en una frase que don Ismael pronunciara en su inauguración, ese lejano día de diciembre de 1924: “Tendrá que caerse toda la ciudad antes que se derrumbe mi casa” (11).

Vista reciente del edificio que cobijó a los Almacenes Giménez.
(Fuente: Municipalidad de Antofagasta).
Vista del balcón del cuarto piso en que se aprecian
detalles ornamentales. (Fuente: Municipalidad de Antofagasta).

NOTA

(1) Esta crónica es una reedición corregida, ampliada, ilustrada y con referencias bibliográficas, del artículo que bajo el título “Los Almacenes Giménez” fue publicado por este autor en el Boletín Informativo de la Asociación Benéfico-Cultural Nieva de Cameros y Montemediano, nº 24, año 2008, págs. 65-69.

FUENTES BIBLIOGRÁFICAS Y ORAL

(1) Joaquín y Roque Blaya, (editores), Álbum España y América, Tomo-Chile (Santiago: Imprenta y Lit. La Ilustración, 1926), 5-8 (en sección Extremadura). 

(2) Juan Panadés y Ottorino Ovalle, “Monografía histórica de la colectividad española en la ciudad de Antofagasta” en Baldomero Estrada (editor), Inmigración española en Chile, Serie Nuevo  Mundo: Cinco Siglos, no. 8 (Santiago: Universidad de Chile, 1994), 43.

(3) José Miguel Aguirre Giménez, “Ismael Giménez y Giménez”, en Forjadores de Antofagasta: 148 años de historia (Antofagasta: Corporación Proa Antofagasta-Universidad Católica del Norte, 2014), 146.       

(4) Mahuro Souza Rocha, “La arquitectura de inspiración árabe en Chile durante el siglo XX: el caso de la casa Giménez de Antofagasta y sus referencias al neomudéjar de Sevilla”, Revista Notas Históricas y Geográficas 20 (enero-junio, 2018): 263.

(5) Luis Ortega Martínez, “La Crisis de 1914-1924 y el Sector Fabril en Chile”, Historia 45, vol. 2 (julio-diciembre 2012), 439.

(6) Juan Panadés y Ottorino Ovalle, op. cit., 43.

(7) Floreal Recabarren Rojas, Episodios de la vida regional, (Antofagasta: Corporación Proa Antofagasta-Universidad Católica del Norte, 2002), 159.

(8) El tipo de cambio promedio utilizado para el período 1921-1924 fue de 36.89 pesos chilenos por una libra esterlina. Ver Salvatore Bizzarro, Historical Dictionary of Chile, 3ª ed. (Lanham, MD: Scarecrow Press, 2005), 276.

(9) Para actualizar el poder de compra de la libra al año 2021 se utilizó, la siguiente página web: https://www.measuringworth.com/calculators/ppoweruk/ (hemos usado el concepto “real wealth”, que nos entrega una cifra aproximada a la realidad).

(10) José Miguel Aguirre Giménez, op. cit., 146.

(11) Floreal Recabarren Rojas, op. cit., 159.

(12) Conversación sostenida con Ismael Giménez Torre el año 2012.

Publicado en: La Gaceta Digital nº 22 (Junio, 2022): p. 1 y sigs., editada por AIECh (Asociación de Instituciones Españolas de Chile).

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