Entre 1880 y 1930, algunos países de América Latina, el Caribe, Francia y Argelia acogieron a un elevado número de inmigrantes originarios de las islas Baleares que marcharon del archipiélago impulsados por las perspectivas económicas qué ofrecían estos países y que no existían en su tierra de procedencia. Argentina, Francia y Argelia fueron sin duda los tres países que más inmigrantes isleños recibieron en este periodo de la “emigración en masa”. A continuación se situarían Cuba, Uruguay, Puerto Rico, Brasil, Bélgica y Chile.
De todos los países receptores de colectivos isleños, Chile era el más lejano y el de más difícil acceso. Encerrado entre la cordillera andina y el océano Pacífico se asemeja a una larguísima isla confinada y remota. A pesar de estos obstáculos naturales y la enorme distancia existente entre el espacio receptor y el lugar de procedencia, alrededor de unos 1.100 emigrantes de ascendencia balear decidieron partir hacia el país andino, utilizando dos rutas de acceso, la marítima y la terrestre.
Dos estudiosos del tema migratorio, el historiador y profesor de la Universidad de la Islas Baleares Joan Buades Crespí y el escritor chileno-riojano Juan Antonio García-Cuerdas, se unieron, desde sus respectivas localizaciones, Mallorca y Santiago de Chile, para concretar este estudio de la emigración balear que fue iniciado el año 2010 y presentado el 2011 en el Estadio Español de Santiago y en el ayuntamiento de Felanitx (Mallorca).
La-emigración-balear-a-Chile-1880-1950-2011