MIGUEL PASCUAL SOTO

Su paso por las dependencias de Nevería no fue en vano. La fructífera labor realizada en la institución durante décadas –como tesorero y vicepresidente, entre otras– le valió ser nombrado por el Directorio de la época como Socio Benefactor, en abril de 2014. Se reconocía así su intenso y continuo trabajo en directivas, obras sociales y especialmente benéficas, que fueron su motor central

Por Juan Antonio García-Cuerdas

Miguel Ángel Pascual Soto –que ingresó como socio del Estadio Español a los 14 años de edad, en febrero de 1957– nació en la ciudad de Logroño, en la Comunidad Autónoma de La Rioja, en 1943. Junto a sus padres -Blas Pascual Amestoy y Rosalía Soto Carrillo- y sus hermanos Antonio y Carlos, se radicó en Chile siendo un niño. En los Hermanos Maristas de Santiago finalizó sus estudios secundarios y posteriormente efectuó cursos de corte, confección y sastrería tanto en Chile como en España, lo que le permitiría más adelante dedicarse al comercio. Eligió entonces abrir un taller para fabricar vestuario de niños, adultos y colegiales, actividad a la que se dedicó durante varias décadas. Paralelamente a los inicios de su desarrollo empresarial, formó una familia con Rosé Díaz Auré. Fruto de esa unión fueron sus dos hijos, Miguel y María Victoria. Sin embargo, cuando solo tenía 27 años de edad, enviudó en forma prematura. Tras superar ese doloroso trance, viajó a España, donde se casó con la logroñesa María del Carmen López-Echazarreta Gil, con quien tuvo a su hijo menor, Ignacio.

Su paso por las instituciones de la colectividad española fue muy destacado. La Sociedad Benéfica La Rioja fue su principal desvelo desde 1972 y a lo largo de 28 años. En ella ocupó diversos cargos de responsabilidad hasta culminar –en 2000– ejerciendo la presidencia durante cinco años. En esa institución no solo realizó una tarea directiva, sino también una abnegada labor social de visita y acompañamiento a riojanos en situaciones aflictivas. Allí desplegaba permanentemente todo su humanismo y bondad. Asimismo, fue miembro del directorio de la Sociedad Española de Socorros Mutuos, y participó por años en cargos del Directorio del Estadio Español.

Como sus hijos buscaron su desarrollo profesional fuera de Chile, Miguel Pascual decidió retornar en 2008 junto con su esposa a su querido Logroño y radicarse definitivamente allá. Así estaría más cerca de sus hermanos y de su madre, que ya lo habían precedido en años anteriores. No obstante, no se olvidaba de Chile y solía visitar esta tierra durante breves períodos vacacionales. En esas ocasiones, era habitual verlo a diario en el casino del Estadio saludando y departiendo con sus amigos.

A los 71 años, el 14 de enero de 2015, Miguel Pascual falleció, dejando el recuerdo de su vibrante españolismo, de su carácter altruista y de su amistad entrañable y sencilla.

Publicado enRevista Estadio Español nº 11 (Diciembre, 2015): pág. 2. Editada por Estadio Español de Las Condes.

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