Por Juan Antonio García-Cuerdas
La provincia y Comunidad Autónoma de La Rioja se encuentra en el tercio norte de la península Ibérica. En sus 5.045 km2 de extensión alberga una población de 323.000 habitantes (2012), distribuidos en dos zonas geográficas con clara individualidad. Una, discurre en paralelo al río Ebro y conforma su límite norte. Destaca por su fértil llanura de clima acogedor, y con el paso de las estaciones cobija viñedos y huertas coloreadas entre el verde y el ocre. La otra, en la parte sur confinando con Soria, es una comarca montañosa y de geografía abrupta, con alturas por sobre los 1.000 m, bosques profusos y nieves perennes en las cimas.
Esta última, desde tiempos remotos, es conocida como la Sierra de Cameros-Demanda. Dentro de sus lindes se despliegan sobre las laderas de los montes una cincuentena de pétreos pueblos y aldeas, algunos, los más recónditos, ya abandonados. La crianza de la oveja merina y la fabricación de telas impulsaron la prosperidad de la comarca durante varios siglos, pero la revolución industrial condujo a la crisis a estas actividades artesanales y pre-capitalistas. Desde mediados del siglo XIX, sus habitantes comenzaron a emigrar a otros destinos buscando mejorar su bienestar económico. En una primera etapa se dirigieron hacia las cálidas tierras extremeñas y andaluzas. Y desde fines del mismo siglo, el destino fue el cono sur americano, Chile y Argentina. Desde la década de 1880 y hasta 1950, poco más de dos mil cameranos se radicaron en nuestro país. El pueblo que más inmigrantes aportó a este proceso fue Villoslada de Cameros. Un total de 227 personas, mayoritariamente jóvenes y adolescentes, se radicaron en Chile para dedicarse al negocio maderero y al comercio. Los pioneros fueron Pedro Zabala Sánchez-Lollano, fundador de una barraca de maderas en la Avenida Alameda de Santiago, y su primo y socio Guillermo Larios Zabala, que le sucedió en la dirección. Este último transformó la barraca, a fines del siglo XIX, en una gran empresa con sucursales, bosques propios y goletas para trasladar la madera desde el sur de Chile a la zona central.
La expansión de la compañía motivó la llamada e incorporación de parientes y vecinos del mismo pueblo. Comoquiera que estos terminaban independizándose, llamaban a otros parientes y así sucesivamente. Hacia 1950, más de una veintena de barracas tenían propietarios de este origen. Y un puñado de estas empresas marcaban la pauta en la industria forestal chilena: BIMA, RALCO, MAGOSA, MADESAL, Aserraderos Andinos, etc., efectuando un gran aporte al desarrollo de ella en el país.
Paralelamente a sus actividades económicas, los villosladenses tuvieron una intensa participación en las instituciones de la colectividad española. Cabe recordar a Emilia Fernández Puente y a Julia Hueto Maté, presidentas del Hogar Español; a Miguel Lacámara, presidente del Círculo Español y de la Sociedad Benéfica Provincia de Logroño; a Francisco Lacámara Ruiz, presidente de la Sociedad Española de Beneficencia; a Juan González Hernández, presidente del Círculo Español y de la AIECh; a Félix Gil, presidente de la Unión Española, y a otros tantos que anónimamente se incorporaron en los directorios de estas y de otras instituciones.
Sin embargo, más destacable aún es el estrecho vínculo espiritual que este grupo humano ha mantenido con su pueblo desde hace más de un siglo. De ello dan testimonio la creación de la Sociedad Protectora de Villoslada y, hoy en día, del Comité de Villoslada en Chile, gestores de diversas donaciones a su pueblo, como la Fuente Chilena y la Plaza Chile, entre otras. Asimismo, el patrocinio de la principal fiesta de la localidad, conocida como la Caridad Grande, ha sido asumido de manera casi invariable desde hace décadas por alguna familia radicada en nuestro país. Cabe concluir que este grupo de inmigrantes demostró cabalmente que junto con lograr, no sin dificultades, el bienestar económico en tierra ajena, era posible también trabajar por la colectividad residente y por el bien de sus paisanos en España. Comportamiento que en definitiva les honra a ellos y a su patria.
Publicado en: Revista Estadio Español nº 7 (Octubre, 2014): pág. 15. Editada por Estadio Español de Las Condes.